Tenemos derecho a
cierta
sobredosis de pecado
y a usar los libros sagrados
para abonar una huerta,
para cuñar una puerta,
para guardar los recibos.
Que tiemblen los erosivos
vendedores de preceptos:
para todos sus conceptos
hay un anticonceptivo.
sobredosis de pecado
y a usar los libros sagrados
para abonar una huerta,
para cuñar una puerta,
para guardar los recibos.
Que tiemblen los erosivos
vendedores de preceptos:
para todos sus conceptos
hay un anticonceptivo.
A que el amor me
conmueva
sin importar el estuche,
a que los curas escuchen
desde el sopor de su cueva
el son de la luna nueva
bailado por dos mujeres.
¿Quería borrar placeres
y arrebatarnos el saldo?
¡pues tenga, señor, del caldo,
las dos tazas que no quiere!
sin importar el estuche,
a que los curas escuchen
desde el sopor de su cueva
el son de la luna nueva
bailado por dos mujeres.
¿Quería borrar placeres
y arrebatarnos el saldo?
¡pues tenga, señor, del caldo,
las dos tazas que no quiere!
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El Grupo Sofos tiene el
gusto
de invitarle a la conversación:
de invitarle a la conversación:
Soñar cantando mi país:
Proyecto Barrio Colombia
Proyecto Barrio Colombia
El tema de la próxima sesión es “Soñar
cantando mi país”, a cargo de Carlos
Palacio, mejor conocido como Pala,
compositor, cantante y guitarrista colombiano, considerado por la crítica
especializada como uno de los mejores letristas de su género en el país y
ganador del Premio Nacional de Música del Ministerio de Cultura. En sus
canciones no sólo hay uso de metáforas, humor e ironía, sino también
intertextualidad con la creación estética de diversos artistas del canon
universal. Sus temas principales son el amor, el carpe diem, la historia e idiosincrasia colombiana y la urgencia de
romper con una mentalidad conservadora, inquisitorial y ultracatólica. Es
miembro de la Fundación Barrio Colombia, organización cultural sin ánimo de
lucro creada en 2007 con la misión de contribuir al fortalecimiento de la
cultura y el arte de Colombia por medio de vías alternativas.
* *
*
Entrada libre
Lugar: Casa
Museo Otraparte / Carrera 43A n.º 27A Sur - 11 / Envigado
Fecha: Mayo
5 de 2018
Hora: 2:30 p. m.
Ver formulario de evaluación de la conferencia:
Escuchar transmisión en vivo:
Para participación y realizar preguntas
en línea, favor comunicarse
a nuestra línea 448 24 04 o a nuestro correo: gruposofos@gmail.com
a nuestra línea 448 24 04 o a nuestro correo: gruposofos@gmail.com
Para obtener información adicional puede comunicarse
con nosotros al correo electrónico gruposofos@gmail.com. En nuestro blog http://gruposofos.blogspot.com podrá consultar la programación, la metodología
de trabajo y la presentación del grupo. O puede también comunicarse con la Casa
Museo Otraparte: Teléfono: 448 24 04 - Correo electrónico: otraparte@otraparte.org - Sitio web: www.otraparte.org.
* *
*
Lectura preliminar
Por Juan Carlos Garay
¿Que en Colombia no tenemos
buenos letristas? Basta con escuchar a Pala para recuperar las esperanzas.
A finales de septiembre tuvo lugar en Medellín el II Festival de la
Canción Itinerante, un encuentro organizado por nuevos cantautores para, según
el comunicado oficial, replantear “el estereotipo del cantautor como un
activista que abraza un trasnochado discurso y que precisa de una chimenea o
una fogata para presentar su panfleto cantado”. En ese ejercicio, cumplido a
cabalidad, sobresalió la figura de Carlos Palacio, ‘Pala’, como un compositor
ingenioso y certero, magistral en el uso del castellano y en el recurso de la
ironía esparcida por sus canciones.
Pala regresó de una temporada de dos años en Buenos Aires y el
resultado es Yo y Ya, un álbum que
por causas naturales suena a rock argentino. Pero la fuerza está en sus letras:
una curiosa mezcla de Joaquín Sabina con Fernando Vallejo, que lo consolida
como un observador implacable, capaz de autodefinirse sin compasiones (“un
experto en triunfar al revés”) o de mirar el mundo con perspectiva de tahúr
(“la vida es este gran casino-cabaret / donde sólo quien no apueste va a
perder”). Por no hablar de su original visión de las relaciones de pareja:
“Soy, digamos, tu portero / pero cierro cuando quiero”.
Todas sus observaciones van fluyendo sazonadas por ese voseo que es
común a Medellín y Buenos Aires y que, en canciones, suena tan agradable. “En
Bogotá tienen el usted afectuoso pero no me sale natural”, dice el tipo que
alguna vez escribió una canción llamada “Usté sabe que te quiero”.
Y en cuanto a las influencias, Pala asegura, como buen cantautor,
que “vienen más de lo que leo que de lo que escucho. La influencia principal es
la ciudad y luego las lecturas de filosofía, de historia”. A eso hay que
sumarle una especie de eje que recorre su disco: un anticlericalismo ácido que
recuerda al ya mentado Vallejo. “Es que adoro la ciencia y no creo que la fe
sea un valor”, explica. Se refiere a la creencia en intangibles, pero olvida
que la melancolía o la irreverencia tampoco tienen medición científica, y están
en sus canciones todo el tiempo.
Fuente:
* * *
La poesía cantada de
Carlos Pala
Por Juan Carlos Piedrahíta
B.
El artista antioqueño es
uno de los representantes más sobresalientes de la canción latinoamericana en
Colombia.
Carlos Pala no cree en la inspiración, porque, si eso existiera,
trabajos como el suyo no tendrían ningún mérito. Sería como un extraño
personaje a la espera de una musa portadora de una suerte de regalo. Prefiere
pensar que su caos es útil para componer y por eso se declara incapaz de
trabajar tres horas seguidas en una creación. Va por fragmentos y, aunque desde
el comienzo tiene una idea básica de lo que quiere expresar, no se complica
hasta que el tema está terminado. En ese momento empieza la labor de refacción
en la que puede tardar meses, porque es un compulsivo corrector de sus propios
textos.
Esta condición hace que Pala, cuyo verdadero nombre es Carlos Palacio,
no se sienta del todo cómodo con la expresión cantautor, porque puede crear el
imaginario de alguien que llega con una guitarra y una boina roja a cantar al
lado de una chimenea una canción como “La era está pariendo un corazón”, del
cubano Silvio Rodríguez. Él no tiene diferencias con los cantautores de
izquierda ni con los de derecha, por lo que exige su derecho a desmarcarse. Más
bien, se queda con el término castizo de cancionista o de canción de autor.
“Es indiscutible que existe un hilo conductor entre los
tradicionales trovadores y los nuevos exponentes de la canción, porque el
género es imperecedero. Sin embargo, desde hace algunos años, nuestras
generaciones están muy interesada en desprenderse del estigma del cantautor de
los años 60 y muchos artistas, incluso, rechazan la expresión para evitar el
sesgo político”, comenta Carlos Pala, quien considera que el boom de las
sonoridades colombianas ha estado beneficiado por la crisis de la industria
discográfica tradicional y la apertura de los mercados alternativos.
Decidió estudiar música en Cuba porque los costos de academia entre
el Instituto Superior de Artes de La Habana y la reconocida Berklee, que
ofrecían currículos similares, tenían más de dos ceros de diferencia en el
recibo de pago. Aunque también optó por la mayor de las Antillas porque durante
mucho tiempo fue seguidor de un formato trovadoresco que tuvo en la isla una
evolución particular.
Durante sus años de formación en Cuba, luego de su paso por Colombia
y su estadía prolongada en Argentina, el humor ha sido una herramienta
indispensable. Pala admira a los buenos comediantes y cree que hacer reír es la
finalidad máxima, aunque es de doble filo porque se puede caer en el lugar
común. “Soy muy panfletario y me gusta poner las cartas sobre la mesa. Si voy a
ser demagogo, que sea de frente, sin maquillajes ni máscaras”, dice este músico
que hace rato entendió que no es cantante, según él, porque tiene una voz muy
limitada y más bien se dedica a narrar sus vivencias a través de metáforas extrañas.
Carlos Pala es uno de los representantes más comprometidos y
juiciosos de la canción latinoamericana en Colombia, un movimiento que tiene
figuras tan importantes como el argentino Kevin Johansen, el español Ismael
Serrano y el uruguayo Jorge Drexler, con quienes ha tenido largas jornadas de
retroalimentación.
Las salas de 300 o 400 personas en Buenos Aires fueron por mucho
tiempo su fortín. A Medellín regresó hace algunos años y en 2011 fue uno de los
invitados especiales del VI Congreso de la Música, en el que cantó acompañado
por una banda sinfónica en el Teatro Metropolitano, con capacidad para unos
1.500 espectadores. Este artista antioqueño es el protagonista ahora de la
actividad “La poesía cantada de Carlos Pala”, en la que realizará un recuento
por sus versos más conocidos, su música más divulgada y su imaginación
inagotable.
Fuente:
Grupo Sofos
Correo electrónico: gruposofos@gmail.com
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