viernes, 18 de agosto de 2006

De la indignidad a la indignación

A propósito de un libro
De la indignidad a la indignación

Por Helena Villamizar García-Herreros

La Red Colombiana de Acción Contra el Libre Comercio y el ALCA, RECALCA, publicó el libro “De la indignidad a la indignación”, el cual recopila las declaraciones y principales documentos que durante el seguimiento analítico hecho al proceso de negociación del TLC realizó esta red. Este libro no sólo constituye un valioso testimonio histórico sobre la evolución de tan leoninas negociaciones para Colombia, las cuales dan origen al título del mismo, sino que como lo afirma Enrique Daza, debe servir “como herramienta educativa para lo que consideramos la lucha que ha de proseguir”.

Los escritos y acciones que durante estos años realizó Recalca fueron premonitorios sobre el verdadero contenido de este Tratado, como lo señalan con razón quienes han liderado este movimiento. La publicación de los textos no deja duda al respecto. Eran previsibles estos resultados en razón a lo negociado con otros países que nos antecedieron en la firma de Acuerdos bilaterales con Estados Unidos, y dadas además las consecuencias de los mismos en países como México; el esfuerzo para distorsionar la realidad por parte de los apóstoles del TLC no logra esconder los verdaderos resultados de dicho Acuerdo para esta nación.

Para nadie es un secreto que no hay equilibrio ni igualdad en la negociación entre dos “socios” en los que las diferencias de poder económico y político son monumentales. Como anotó Carlos Gaviria en el lanzamiento de este libro, hoy ningún estudiante de derecho civil cree en la ficción de que en todo contrato bilateral exista plena libertad y equilibrio entre las partes; como ilustración se refirió al contrato celebrado entre un trabajador y su empleador o entre un arrendatario y el arrendador. Con menos razón, alguien en sano juicio puede pretender que existían condiciones de igualdad en la negociación bilateral con Estados Unidos, señaló Gaviria.

Son evidentes las abismales distancias en la capacidad de negociación de los actores en este Tratado. Oxfam en su libro “Cantos de Sirena” muestra algunos indicadores de la colosal asimetría entre Estados Unidos y los países andinos y las relaciones económicas profundamente desiguales entre ellos. Por ejemplo, mientras Estados Unidos representa el 42% de las exportaciones andinas y el 26.7% de sus importaciones, estas naciones en conjunto participan con menos del 1% del comercio de Estados Unidos. En tanto a la agricultura corresponde el 31 % del empleo en Perú, el 22.7% en Colombia y el 30% en Ecuador y genera el 7.6%, 11.4% y el 7.4% del PIB en su orden en estos países, dicho sector tiene un peso inferior al 2% en el empleo y genera menos del 1% del PIB en Estados Unidos.
No obstante esta realidad desigual, señala OXFAM, Estados Unidos exigió la eliminación del sistema andino de franja de precios, importante mecanismo de estabilización para productos cuyos precios de importación son altamente volátiles, en tanto que la gran potencia conservó intacto su sistema de subsidios a la agricultura, de más de 20 mil millones de dólares anuales, fuertemente distorsionadores del comercio y causantes de la ruina de millones de agricultores en el mundo en desarrollo. “La intransigencia de Estados Unidos para eliminar la franja de precios impide a los países andinos la posibilidad de proveer una medida alternativa de protección para contrarrestar los efectos de los subsidios agrícolas. Asimismo, pone una vez más en evidencia el doble estándar de la política comercial externa estadounidense”. Esta es tan sólo una pequeña muestra del balance de la negociación en que el “trato especial y diferenciado” ocurrió a favor de Estados Unidos como muestra este estudio, cuyo título “Cantos de Sirena”, evoca la epopeya de Homero en que dicha música que endulzaba los oídos de los marineros los conducía finalmente a la muerte. Así les ocurrirá a los países andinos firmantes del TLC, tratado que constituye un verdadero canto de sirenas.

Lo ocurrido en agricultura, en propiedad intelectual, en inversión, por donde se miren los textos de este Tratado, como muestra el estudio de OXFAM, no deja dudas del “trato especial y diferenciado” que recibe Estados Unidos de parte de los países andinos en una asimetría al revés, es decir a favor del poderoso.

El espacio de esta nota impide enunciar los incontables atropellos a Colombia contenidos en el TLC. Vale la pena mencionar sin embargo el grave daño causado a la integración andina, sobre cuya defunción, no cabe duda, la responsabilidad primigenia recae en este Acuerdo. Oxfam señala con referencias concretas a la normativa andina como ésta es violada en los campos agrícola, de propiedad intelectual y de la política externa común de la CAN; igualmente anota el efecto negativo sobre el comercio entre estos países, del cual más de la mitad (56%), según estudio de la propia Comunidad Andina, estaría en riesgo con el TLC. Ello adquiere mayor gravedad dado que la composición del comercio intra Can es de más alto valor agregado que las exportaciones de estos países a Estados Unidos.

La historia no podrá eximir de responsabilidad al presidente Uribe y a los dirigentes que otorguen su aprobación a este lesivo Tratado. Los lideres que hasta ahora permanecieron mudos a la espera de los textos ya no podrán callar sin que sean también responsables de la debacle que nos espera. Los colombianos debemos exigir que los debates sobre el TLC en el congreso sean ampliamente difundidos, y que se otorgue a los opositores los mismos espacios para la discusión que han utilizado los defensores y cuyo poder en los medios ha permitido este gran engaño o “canto de sirenas” para los colombianos, pues la historia de esta negociación ha sido, como se refirió Carlos Gaviria al libro de Recalca, un recorrido de la indignidad con que el gobierno hizo inauditas cesiones a los Estados Unidos a la indignación que producen sus resultados.

El TLC no es solo agro e industria

El TLC no es solo agro e industria
Jorge Enrique Robledo
Bogotá, 13 de agosto de 2006

Es sabido que las pérdidas agropecuarias del TLC van a ser inmensas, y puede demostrarse que las industriales serán mayores. Pero pocos conocen que el TLC es mucho más que comercio y que otras cláusulas incluso harán más daños. Porque las normas sobre importaciones y exportaciones ocupan seis capítulos del Tratado (100 páginas) y este tiene 23 capítulos (315 páginas, sin las 1.216 de los anexos y sin las de los otros tratados a los que ordena ingresar), los cuales adquirirán un rango parecido al de la Constitución (108 páginas), en el sentido de que nada podrá hacerse en Colombia que contradiga su texto.

El Tratado, como en una operación quirúrgica, le quita al país cada uno de los instrumentos que Estados Unidos y las demás potencias económicas usaron para desarrollarse. Se repite así la vieja maniobra imperialista que Friedrich List explicó como la de subir por la escalera y, una vez arriba, pegarle una patada a esta para que nadie más consiga llegar. Cómo será el TLC que se define como un OMC Plus, es decir, que con este la Casa Blanca impone capítulos enteros que no logró imponer en dicha organización neoliberal. ¡Y las normas de la OMC, que se aplican desde 1990, generaron el mayor retroceso de la historia del país!

El capítulo de propiedad intelectual fortalecerá el monopolio de las trasnacionales estadounidenses en contra de que Colombia desarrolle ciencia y tecnología, la base de todo progreso. Así, además y según la Organización Panamericana de la Salud, se elevarán los costos de los medicamentos en novecientos millones de dólares al año, pues no es cierto que esto lo impida una carta adjunta en el TLC, dado que Estados Unidos no la firmó. ¿Por qué el minComercio publica como parte del Tratado este y otros documentos que no suscribieron los estadounidenses? Habrá patentes para plantas y tampoco es cierto que se proteja la biodiversidad nacional ni los conocimientos tradicionales.

Colombia no podrá darles, en su territorio, ventajas económicas a los colombianos frente a los estadounidenses, lo que lesionará la inversión interna y les entregará a estos extranjeros el derecho a ganarse casi todos los contratos de las compras estatales. El TLC les otorga a los gringos la prerrogativa escandalosa, que no tendrán los colombianos y que no es parte de la OMC, de exigir indemnizaciones por “expropiación indirecta”, la cual aparecerá cuando una decisión estatal afecte, ¡no las propiedades sino las ganancias esperadas de una inversión suya en el país! ¡Y esta cláusula leonina cabe incluso contra decisiones en salud, educación y servicios públicos! ¡Un buen truco, además, para hacer irreversibles las privatizaciones!

El TLC les crea a los inversionistas estadounidenses una justicia especial para sus controversias con el Estado colombiano. Dice que se aplicará el derecho económico “consuetudinario”, explicado como el tradicionalmente usado por las trasnacionales en el mundo. ¿No se supone que el primer criterio de un contrato, como el TLC, es la precisión de las cláusulas? Le quita a Colombia casi todos los instrumentos con los que los países se protegen en las crisis financieras y de balanza de pagos, decisión monstruosa de estirpe colonialista. Y los colombianos podrán irse a trabajar a Estados Unidos, pero si aceptan empleos basura y entran por “el hueco”.
En telecomunicaciones se obliga a las empresas públicas colombianas a alquilarles sus redes, y a bajo precio, a los competidores gringos, los cuales ni siquiera tendrán que instalarse en el país. Y ya se supo que en parte la privatización de Telecom fue para adecuarse al TLC, porque este impone la absoluta igualdad entre las empresas del Estado y las trasnacionales de Estados Unidos. ¿No es el colmo igualar los derechos de la nación colombiana, expresada en su Estado, con los de cualquier mercachifle extranjero?

Y el TLC aumentará los negocios financieros de los estadounidenses en Colombia. En general sobre el tema, George Soros comentó: “Permitir que los bancos extranjeros entren en los mercados nacionales es un asunto totalmente distinto. Es probable que se lleven la mejor parte de todo el mercado donde disfrutan de ventajas competitivas y que dejen a los negocios minoristas menos rentables sin existencias”.

miércoles, 5 de julio de 2006

Trampas y trampotas en los epílogos de la negociación del TLC

Trampas y trampotas en los epílogos de la negociación del TLC
Aurelio Suárez Montoya
Bogotá, agosto 14 de 2006

Los últimos episodios del proceso de negociación del TLC de Colombia con Estados Unidos suscitan Indignación (con mayúscula, como está escrito en el reciente libro de la red RECALCA al respecto, ?De la Indignidad a la Indignación?) al ver que la superpotencia, apoyada en su predominio, no cesa, aunque se haya anunciado el cierre desde febrero, de obtener más y más prerrogativas recurriendo a toda clase de trucos alcahuetados con la Indignidad (también con mayúscula) del gobierno uribista.

Un primer ejemplo, que contradice la cháchara oficial del ministerio de Agricultura acerca de su preocupación por el campo, es el de los contingentes de bienes agropecuarios. Se refiere a las cantidades limitadas de los productos denominados como ?especiales? que pueden ingresar a Colombia sin pagar aranceles desde el primer año de vigencia del TLC. Estaban convenidas 2 millones de toneladas para maíz amarillo, 15.000 para fríjol, 26.000 para cuartos traseros de pollo, 20.000 para sorgo y 130.000 para maíz blanco, entre los más importantes. Como según el ministro Arias, ?entre el cierre de la negociación y la puesta en marcha del TLC, transcurre un año; éste debe compensarse?, la forma de ?compensación? consistió en incrementar el volumen de dichos contingentes de inmediato; es decir, ya estamos en el primer año del TLC. Lo convenido en el papel será superado en la práctica y los contingentes subirán automáticamente así: 2´100.000 toneladas para maíz amarillo, 15.750 para fríjol, 27.040 para cuartos traseros de pollo, 136.500 para maíz blanco y 21.000 para sorgo, para hablar de los antes nombrados. Finalmente, como en muchos productos la eliminación de los aranceles está pactada a cierto número de años, también se acordó que, la reducción paulatina hasta llegar a cero, se hace efectiva el primero de enero de cada año; con lo cual, en el último año fijado para cada producto, no habrá de hecho protección alguna. Son trampas que al final reducirían en dos años los plazos inicialmente convenidos.

Mientras para unos efectos las negociaciones están cerradas para otros no. El ejemplo más notorio es el del comercio de carne bovina de Estados Unidos hacia Colombia. El país del Norte ha insistido que se le debe aceptar la que provenga de reses de más de 30 meses que, por el tipo de riesgo que representa ese país al haber tenido focos propios del mal de las ?vacas locas?, constituye una amenaza latente para la salud animal y humana en Colombia. Es el criterio establecido para ese tipo de ganaderías por la Organización Mundial de Sanidad Animal. La notificación del gobierno de Bush del TLC al Congreso norteamericano está sujeta a la plena laxitud de Colombia al respecto, calculando, que mientras más tiempo corra, mejor le iría en el infortunado caso que sea aprobado en los dos países, es una evidente actitud arbitraria y ventajista. Lo más Indignante (otra vez con mayúscula) es que a finales de julio de 2006, Japón reanudó las importaciones de carne bovina estadounidense, que había suspendido desde enero de 2004 como resultado de la aparición del mal en Norteamérica, acordando en conjunto que ese comercio sólo comprenderá carne de reses de 20 meses o menos. Hay una lógica para el Imperio del Sol de Oriente y otra para las neocolonias del ?patio trasero?.

Una nueva trampota Indignante (con mayúscula) se está fraguando en torno a la privatización de Ecopetrol y a la venta del 20% de sus acciones y el TLC. Colombia, en el capítulo de Compras Estatales del Tratado, había exceptuado para algunos casos las adquisiciones de Ecopetrol por el carácter mismo de la empresa. No obstante, al cambiarse con la transacción accionaria y regirse las actividades de la petrolera por el Código de Comercio, una posibilidad que también está contemplada en el propio Tratado en el Anexo 9.1 del Capítulo 9, a los proveedores norteamericanos en todos los casos se les dará Trato Nacional y de Nación Más Favorecida. Por consiguiente, la reserva dejada por Colombia será infructuosa, inclusive para las eventuales compras de petróleo crudo que el país tendría que hacer en el momento en el cual perdiera su autosuficiencia como se teme que suceda en corto tiempo. Un Potosí para los privados que en lapsos no muy largos se harán por distintas vías al control de Ecopetrol y de todas las potencialidades y los negocios que giran alrededor de ella.

La Representación Comercial de Estados Unidos ha publicado que este tipo de Libre Comercio imperialista le ha reportado a cada hogar gringo un incremento anual de 9.000 dólares de ingreso desde 1.945, que los acuerdos de este Libre Comercio firmados desde 1990 y los de la Ronda de Uruguay, vigentes en la OMC, le han significado beneficios anuales de 1.300 a 2.000 dólares a cada familia americana de cuatro miembros y que en agricultura dicha expansión les soporta 926.000 empleos y uno de cada tres acres plantados. Es el fruto de imponer estos acuerdos tramposos admitidos por los gobernantes Indignos (con mayúscula) de los territorios coloniales.

sábado, 3 de junio de 2006

La Globalización

La Globalización
Sesión 3 - Junio 3 de 2006

Todos nosotros, o la mayoría hemos escuchado seguramente mencionar el término “Globalización” en alguna parte, y de seguro relacionado con el avance de las telecomunicaciones, citando por ejemplo el caso de Internet.

Es un término que se escucha de vez en cuando, pero... ¿sabemos qué es? ¿Qué repercusión tiene en nuestras vidas? ¿A quién beneficia? ¿A quién perjudica? ¿Quién la dirige?

Son, sin duda, más preguntas las que se podrían formular, ¿qué repercusiones tiene en el Perú? ¿Es amenaza u oportunidad? ¿Es un proceso ya en marcha o aún una ideología? , y si es un proceso, ¿es un proceso dirigido? o ¿es parte inevitable del sistema imperante?

En este trabajo la máxima pretensión es brindar un panorama general de lo que significa globalización, qué repercusiones tiene sobre nuestra sociedad y nuestra economía, y para responder a los interrogantes planteados líneas arriba. Con dicho propósito presento las respuestas, no desde un solo punto de vista, sino desde los dos polos que intentan definir este acontecimiento, para lo cual se pondrán en contraste dichos puntos de vista. En el Perú, particularmente, trataremos el tema de globalización enganchado al tema de integración, básicamente económica, pero también política y cultural. También tomaré algunos puntos de vista que se tienen en el Perú y en el contexto mundial, en algunos organismos internacionales y de personalidades peruanas.
El término "globalización" ha adquirido una fuerte carga emotiva. Algunos consideran que la globalización es un proceso beneficioso —una clave para el desarrollo económico futuro en el mundo—, a la vez que inevitable e irreversible. Otros la ven con hostilidad, incluso temor, debido a que consideran que suscita una mayor desigualdad dentro de cada país y entre los distintos países, amenaza el empleo y las condiciones de vida y obstaculiza el progreso social

Pero...

¿QUÉ ES LA GLOBALIZACIÓN?¿ES UN PROCESO O UNA IDEOLOGÍA? ¿EN QUE CONSISTE? ¿CUÁLES SON LAS FUERZAS IMPULSORAS QUE HACEN POSIBLE ESTE CAMBIO?

Se trata de un campo muy amplio y de gran interés para comprender qué está pasando ahora en el mundo. Para dar respuesta a las interrogantes planteadas líneas arriba, citemos algunas afirmaciones:

“Se trata de un proceso objetivo, no de una ideología, aunque haya sido utilizado por la ideología neoliberal como argumento para pretenderse como la única racionalidad posible. Y es un proceso multidimensional, no solo económico. Su expresión más determinante es la interdependencia global de los mercados financieros, permitida por las nuevas tecnologías de información y comunicación y favorecida por la desregulación y liberalización de dichos mercados.”

Artículo de Manuel Castells en "El País" del 24 de julio de 2001.

Es un proceso que ha comenzado hace algún tiempo, que durará posiblemente varios decenios y que está transformando las relaciones internacionales en tal forma que puede conducirnos a destinos diferentes en los próximos lustros, según las opciones que adoptemos. No cabe duda de que estamos en un momento de reflexión y de cambio en la concepción que la humanidad tiene de sí misma; y esto conlleva ciertamente un cambio en las relaciones internacionales. Ya no es posible vivir aislado porque todo lo que hagamos se sabe inmediatamente en las antípodas; y porque todo lo que pase en el exterior lo conocemos prácticamente al instante. Por consiguiente, cada cosa, cada situación, cada decisión de una persona, de un país o de una región, repercute sobre todas las demás personas, países o regiones. Y esto es lo que llamamos globalización: parafraseando al griego de los tiempos clásicos dentro de un contexto totalmente diferente, cualquier hombre moderno puede afirmar: "nada de lo humano me es ajeno", porque todo tiene repercusión en la vida de todos. “Para mí, el gran cambio ha sido producido por las innovaciones en dos campos fundamentales: el de las computadoras y el de las tecnologías de comunicación.”

Conferenciante:
JOSE FERNANDO GUTIERREZ. Economista de la Universidad Nacional de Colombia, Sede Medellín, En el campo de la investigación ha trabajado en el problema del empleo. Investigador de la Escuela Nacional Sindical; actualmente es investigador de La Corporación Región.

Próxima conferencia: TLC - I parte- Junio 17 del 2006.

sábado, 20 de mayo de 2006

Una visión “individual” sobre el individuo en épocas de Globalización

Una visión “individual” sobre el individuo en épocas de Globalización
Sesión 2 - Mayo 20 de 2006


Por. Alfonso Arcila G.

Aclaraciones pertinentes
Este no pretende ser un ensayo sesudo sobre la globalización, más bien una visión empírica del tema. Será un acercamiento personal.
No soy experto en este tema, ni en ensayos. Así que perdonen repeticiones y falta de claridad que puedan encontrar en este ejercicio.
Me atreveré. Correré el riesgo, así me pierda. Sé que es difícil hilar un discurso. Pero hay que hacerlo.
No pretendo dar soluciones. Solo mostrar algunos hechos. El juicio será luego.
Claro que no quiero aguar la fiesta, pero tampoco hacer parte del coro.
No he leído muchos libros sobre este tema.
Partiré de mi experiencia de-vida y tratando de aterrizar todas estas teorías a la vida cotidiana.

A modo de inicio. Grandes interrogantes
¿Quiénes somos ahora?
¿Cuándo nos llevaron a este corral? ¿Cómo nos acorralaron?
¿Qué hacemos para seguir o salir?
¿Sabemos para dónde vamos o para dónde nos llevan?
¿Qué queremos de nuestros hijos o alumnos? ¿Cómo los educamos?
¿Qué nos depara el mañana?
¿Qué nos han matado con esta globalización?
Todo son preguntas. ¿Hay respuestas? Difícil.
En todo caso sin tratar de ser subjetivo, voy a enumerar hechos, que espero sean pruebas suficientes para juzgar estos tiempos modernos –como diría Chaplin- , este maldito tiempo que nos tocó vivir. No tenemos otro. Hagamos lo mejor de él.

Hay tantas formas de acercarse y criticar esta globalización. Por ejemplo desde lo político. Desde lo económico. Desde lo social.
Pero al individuo quién lo defiende, con qué coraza protegerlo ¿Cómo?, si esta indefenso ante tantos ataques. Por todos lados se ve atacado y ni cuenta se da.
¿O sí?.
Y qué hace para defenderse, si está solo, junto con todos los demás.
¿Cómo se cuestiona?
¿Qué hace para detenerse y no caminar con la manada hacia el matadero?
¿Hasta dónde nos ha llevado esta carrera hacia ninguna parte? ¿Hacia dónde? ¿Alguno de ustedes sabe hacia donde vamos? ¿Alguno se atreve a una respuesta?
¿Será que vivimos felices porque tenemos la sensación de poseer cosas?
¿Será que realmente nos preocupamos por los que no tienen?
Creo que ya no es tiempo de mesianismos políticos, ni de ser héroes o mártires. Debemos ser otra cosa ¿Qué? Tranquilos que yo tampoco sé.

Creo que debemos ser partícipes de la fiesta. ¿Cómo?. He ahí el gran dilema. Solo sé que no quiero estar en la olla, ni tampoco de comensal.

Si en esta globalización, no existe el individuo. ¿Qué hacer entonces? ¿Cómo lograr humanizarlo? Armonizar el desarrollo vs. el individuo. Imposible dirán algunos con este sistema. ¿Construir otro? ¿Y cuál? ¿Por qué medios?
Como ven solo vengo con preguntas, porque estoy tan perdido – solo en este tema- que no sé hacia donde me llevan.
Aunque no quiero aparecer como dócil corderito del sistema actual, tampoco como un crítico acérrimo que nada le sirve.
Creo que debemos ahondar y aprovecharnos de algunas cosas y usarlas a favor de nosotros ¿Cuáles? Ayúdenme a descubrirlas.

Por fin los hechos
Tomémonos la palabra y que nos escuchen. Digamos en lo que no estamos de acuerdo. Que no hablen por nosotros, ni por nuestros hijos.
Piensan que no pensamos. Y tampoco.
Tratemos de decodificar el discurso que nos han montado y así podremos entenderlo. Mencionaré algunos hechos y cada uno de ustedes verá otros.

Primer hecho.
Nos han atomizado. Nos han separado muy sutilmente, sin que nos demos cuenta. Qué es sentarnos frente a la TV, sino una separación del grupo. Se dirigen a cada uno y cada cual absorbe como esponja y luego lo que hace es repetir el mismo discursito que escuchó en la pantallita. No hay crítica. Lo que vemos o escuchamos lo tomamos como verdad absoluta. Y como diría el gran poeta Omar Khayyam, por allá en el siglo 11 “no existen verdades comprobadas, pero si hay mentiras evidentes”.
Qué nos espera, si nuestros filósofos de cabecera son las modelitos light que aparecen al final de todo noticiero.
¿Ponemos en duda lo que dice, por ejemplo, Discovery chanel? Lo tomamos como conocimiento científico. No dudamos. Gran pecado.

Segundo hecho.
Nos han vuelto consumistas. Compradores compulsivos. Compramos y compramos cosas. ¿Para qué? Como decía el filósofo: “Necesito pocas cosas, y lo poco que poseo, lo necesito poco”. Nos dejamos montar en el consumismo. Vean si no. Necesitamos un TV en cada cuarto de la casa, lo mismo que un equipo de sonido. ¿Por qué y para qué? Necesitamos bulla todo el tiempo. ¿Nos da miedo, acaso, el silencio? ¿Enfrentarnos a nosotros mismos? ¿Por qué? Este discurso lo hago porque estoy solo. Porque quiero pensar. No prendo ni TV, ni equipo, sino no podría, ni tendría tiempo. Siempre estamos buscando compañía. Nunca nos encontramos con nosotros mismos. Hay que tener estos espacios. Hay que defenderlos ante cualquier ataque.

Tercer Hecho.
Lo vacío salta a la vista. En estos días – casualmente- vi una guía-texto de bachillerato del instituto Ferrini y ¿saben cuál era la bibliografía de la materia? Walter Riso (hasta risa me dio) y el padre Gallo. ¿No les da tristeza, que nos estén metiendo gato por liebre?
Quién nos va a salvar, si esa literatura sin profundidad, sin vida, llena de formulitas, es la que se campea por estos tiempos.
¿Quién nos ayudará a entender la vida, el alma humana? Lo profundo y complejo que es el ser humano. Si estos, dizque pensadores, se han aprovechado y han pescado en río revuelto y nadie los contradice. ¿Por qué? ¿Somos frágiles? o se han aprovechado de nuestra ignorancia, del vacío espiritual de tantos y tantos.
Si, es tanto el vacío espiritual. O si no cómo se explica que hayan entrado tantas religiones o sectas, como en ningún otro tiempo. Cada garaje es una iglesia diferente. Nos llenamos de pastores, de visionarios, de portadores de la verdad. Claro. Piensan por nosotros y así no nos tenemos que esforzar.

Cuarto hecho.
Y ¿Dónde está la ciencia?.
Nos hemos olvidado de la ciencia. Del método científico.
Cienciología, parasicología, astrología y cuantas pseudociencias… Solo porque la practican famosos ya la damos por verdad.
Conozco -con tristeza- muchos profesionales que se han dejado seducir por alguna de estas tendencias modernas. Se han escudado dizque en una espiritualidad, buscando una tranquilidad del alma. Una falsa espiritualidad. Refugio para el vacío, diría yo. ¿Se perdieron los ideales? Para no sentirnos culpables nos refugiamos en la meditación. Para lograr alguna paz. Para no sentirnos responsables y no tener que luchar. Para sentir que vuelan. Pues es hora de que aterricen. ¿Por qué nos dejamos llevar por ellas? No he podido entenderlo, ni explicarlo. ¿Dónde estamos nosotros? ¿Entonces para qué estudiamos? ¿Para qué nos acercamos al conocimiento, si caemos tan fácil?. Si somos presa fácil. ¿Qué diremos entonces de los más indefensos? ¿Del pueblo en general?.

Quinto hecho.
¿Creían que no lo iba a tocar? Pues sí. El Internet. ¿Cómo caímos en la red que nos tejieron? Se acabaron los encuentros personales. Sentir la otra piel cerca. El otro cuerpo. La presencia -esa – que te pone la carne trémula. Ya todo es virtual. ¿Cómo consiguen los amigos, los jóvenes de hoy en día? Nos han separado y a fe que lo han logrado. ¿Cuándo, un joven, visita la biblioteca, para dejarse seducir por los libros y darse a la tarea de buscar página a página y hacer el ejercicio de leer y sacar resumen? ¿Para qué? Si todo está en la red ¿Será facilismo? O hay algo más que eso. Les dejo la inquietud.
No quiero decir por ello, que el Internet sea malo per se. Ni ir en contra de la tecnología. Personalmente le he sacado mucho provecho. Con mi hija pude hablar a diario, por 4 años de ausencia, y eso que nos separaba un océano. Hablábamos como si la tuviera aquí. ¿No es maravilloso?

Hay temas que no me atrevo a profundizar, pero si quiero mencionar tangencialmente.
El primero es porque es un tema de género y profundamente sensible: la mujer y la globalización. Creo que en algún momento lo debemos enfrentar. Pues si alguien ha sufrido y soportado el peso de la sociedad en estos siglos, es ella. Estoy con ellas. Les debemos una disculpa histórica. Ellas son parte del todo como personas iguales. No se deben sentir menos. Claro, ojo, ni más.
Debemos jugar a iguales. A ganar lo mismo. A ser partícipes tanto en la oficina, como en el hogar. No hay que hacerle el juego al capitalismo voraz, que las metió -algún día - de obreras, porque necesitó mano de obra barata. No imaginó -el capitalismo- el poder de ellas. Están cambiando el mundo y lo están mirando con otros ojos. Hay que aprender de ellas.

Otro tema insoluble, es la juventud y la globalización. Están tan indefensos. Nosotros -hablo por mí- en la juventud, teníamos por qué luchar, creíamos en un futuro mejor y se nos iba la vida en ello. Soñábamos con la utopía. La veíamos posible. No era un solo pensamiento el que regía el mundo.
Preguntémosle a la juventud qué quiere. ¿Por qué lucharía? ¿En qué sueña? ¿Cuál es su utopía? Creo que me dará miedo la respuesta.
En un mundo donde lo rige un solo pensamiento. Cuàl serà la salida de nuestros jóvenes?. qué les depara el mañana?. ¿Cuál es su futuro? Parece que no hubiera, verdad.
Hoy todo se volvió una carrera. Nos volvimos corto-placistas. No hay fondistas. Todo es para ya. Un niño sale –apenas- de la guardería y se le celebra como si fuera un doctorado. Con diploma colgado de la sala. Mencionaré solo otro caso: los jóvenes ganan un examencito y celebran como si hubiesen ganado el premio Nobel. Triunfos pírricos. Nos dejamos envolver por triunfos de papel, para sentir una falsa sensación de felicidad. Es que no hay otras. Para pensar que somos triunfadores. Nos volvimos ansiosos.
¿Quién dirige todos estos mensajes, si no es la maquinaria bien montada para ello?
¿Qué ha cambiado de los años 70s a hoy, en este mundo homogeneizado?

Otro tema apasionante y que no alcanzo a profundizar. Solo lo dejaré en el tintero: el individuo y su nuevo rol laboral. Esto si que ha cambiado. ¿Cuántas cosas no se han perdido?
El subempleo, es un resultado brutal de esta época. ¿Qué se busca con ello? Y es deliberadamente maquiavélico.
Creo que justifica luego ahondar en este solo tema.

A modo de conclusión:
¿Nos detenemos a pensar en tantas cosas cotidianas?
¿En los hechos que día a día están haciendo la historia?
¿Quieren más pruebas?, ò ya podemos entrar a juzgar. Sea o no el caso.
Como ven, este es un acercamiento totalmente personal a la visión globalizadora del ser, pero son temas que me apasionan y me preocupan en demasía.
No crean que lo dije todo. Todo está por decantar. Espero no haber estado muy desfasado.
Y como decimos los poetas: El fin de un poema, es el inicio de otro.

Muchas gracias.

Globalización: amenaza o desafío

Globalización: amenaza o desafío
Sesión 2 - Mayo 20 de 2006

Por: Luis Carlos Jaramillo P.

Según documento avalado por el Banco Mundial, la globalización ha incitado uno de los debates más apasionados de la última década, ha sido tema de innumerables libros y causa de grandes manifestaciones en Europa y América del Norte y mas recientemente en América Latina. Los críticos han planteado que el proceso ha propiciado la explotación de los habitantes de los países en desarrollo, ha ocasionado grandes alteraciones en su forma de vida y en cambio ha aportado pocos beneficios, mientras los defensores apuntan a la considerable reducción de la pobreza alcanzada en países que han optado por integrarse a la economía mundial, como China, Vietnam, India y Uganda.
Asombrosamente, tratándose de un término de uso tan extendido como la globalización, al parecer no existe una definición exacta y ampliamente aceptada. De hecho, la variedad de significados que se le atribuye parece ir en aumento, en lugar de disminuir con el paso del tiempo, adquiriendo connotaciones culturales, políticas y de otros tipos además de la económica. Sin embargo, el significado más común o medular de globalización económica se relaciona con el hecho de que en los últimos años una parte de la actividad económica del mundo que aumenta en forma vertiginosa parece estar teniendo lugar entre personas que viven en países diferentes (en lugar de, en el mismo país). Este incremento de las actividades económicas transfronterizas puede estar caracterizado en actividades de comercio internacional, inversiones extranjeras directas y/o flujo de capitales foráneos.
Otros autores menos protagónicos, aunque sí mas críticos, como Manuel Castells consideran que se trata de un proceso objetivo, no de una ideología, aunque haya sido utilizado por la ideología neoliberal como argumento para pretenderse como la única nacionalidad posible. Y es un proceso multidimensional, no solo económico. Su expresión mas determinante es la interdependencia global de los mercados financieros permitida por las nuevas tecnologías de información y comunicación y favorecida por la desregulación y liberalización de dichos mercados.
Sin embargo Chomsky asevera que el concepto de “sociedad global” no parece tener mucho sentido, a menos que se precise su significado. Y si se consideran los flujos de capital entre países según la capacidad económica de cada uno, entonces la sociedad global no es muy diferente a lo que se daba a comienzos del siglo XX.
Y Bauman en cambio resume el asunto diciendo que globalización significa que todos dependemos unos de otros, que las distancias importan poco ahora y que lo que suceda en un lugar puede tener consecuencias mundiales
Pero vamos a los principios. Después de la segunda guerra mundial se empezaron a sembrar las primeras semillas del neoliberalismo, un fenómeno distinto al liberalismo clásico del siglo XIX. Que constituyó una embestida teórica y política contra el intervencionismo Keynesiano, ideología que fue penetrando en los círculos académicos preparando el espacio para ir construyendo las nuevas bases del capitalismo realmente existente. La crisis petrolera del 73 primero y el ascenso al poder de los protagonistas de la revolución conservadora, Thacher y Reagan después, devino en una especie de pensamiento único, cuyo programa se convirtió en ideología dominante: el mercado es quien resuelve de la mejor forma los asuntos políticos y económico-sociales, de la sociedad.
No obstante si miramos las raíces, esta mundialización tecnoeconómica, aquel pensamiento único al que nos referimos corresponde a un nuevo estadio de un proceso iniciado, según Morin, en el siglo XVI con la conquista de América, a la que siguió la colonización del planeta por el Occidente europeo y que, tras las descolonizaciones, sufrió la hegemonía tecnoeconómica de los EEUU. Este proceso se vio acompañado y contestado por la segunda mundialización, también minoritaria, que apareció con el reconocimiento de los derechos humanos de los indios de América de Fray Bartolomé de las Casas y de la legitimidad de las civilizaciones no europeas, de Montaigne a Voltaire. Esta segunda mundialización prosiguió con la difusión de las ideas humanistas y universalistas impulsadas por la Revolución Francesa y, mas tarde, con las ideas internacionalistas y las primeras aspiraciones a los Estados Unidos del mundo (Victor Hugo).
Pero yendo al punto, Max Weber, uno de los analistas mas agudos de la lógica de la historia moderna (o de la falta de ella), observó que lo que marcaba el nacimiento del nuevo capitalismo era la separación de la actividad económica de lo doméstico- donde “lo doméstico” significaba la densa red de derechos y obligaciones mutuas mantenidos por las comunidades rurales y urbanas, por las parroquias o gremios de artesanos, en las que familias y vecinos habían estado estrechamente envueltos-.Con esta separación (mejor llamarla “secesión”) el mundo de los negocios se aventuró por una auténtica tierra fronteriza, una tierra de nadie, libre de problemas morales y restricciones legales y pronta a ser subordinada al código de conducta propio de la empresa.
Joseph E. Stiglitz, premio Nóbel de Economía y quién trabajara tres años para el Banco Mundial, hace un somero recorrido por lo que fuera la conducta económica de los EEUU diciendo: “hace 150 años, muchos países experimentaban un proceso interno que era en ciertas formas análogo a la globalización. En Estados Unidos, el gobierno promovió la formación de la economía nacional, la construcción de vías férreas y el desarrollo del telégrafo, todo lo cual redujo los costos de comunicación y transporte dentro del país. El gobierno electo en forma democrática vigilaba este proceso, supervisando y regulando, equilibrando intereses, amortiguando las crisis y limitando las consecuencias adversas de un cambio tan enorme en la estructura económica. Así, por ejemplo, en 1863 instituyó la primera entidad reguladora de la banca y las finanzas -la Oficina del Contralor de la Moneda- porque era muy importante contar con bancos nacionales fuertes y eso requería de reglamentaciones estrictas.
Estados Unidos, una de las democracias menos estatistas, adoptó otras políticas. La agricultura, la ocupación central del país a mediados del siglo XIX, estaba fundamentada en la Ley Morrill de 1862, la cual establecía programas de investigación, extensión y enseñanza. Ese sistema funcionó extremadamente bien y se le acredita de haber tenido un papel toral en los enormes incrementos de la productividad agrícola ocurridos en el pasado siglo y medio. Se instauraron políticas para otras industrias en ciernes, entre ellas la radiodifusión y la aviación civil. La industria de las telecomunicaciones, con la primera línea de telégrafo entre Baltimore y Washington, fue fundada por el gobierno federal. Y es una tradición que ha continuado, con la fundación de la Internet por parte del gobierno federal.
En contraste al actual proceso de globalización tenemos un sistema al que el mismo Stiglitz llama de “manejo global sin gobierno global”. Instituciones como la Organización Mundial del Comercio, cuya sede esta en los Alpes suizos y que funciona como una democracia secreta, ha asumido un papel de juez, jurado, policía y vigilante del nuevo orden económico mundial. El FMI entidad que diseña y ejecuta las políticas de ajuste basadas en los tres conceptos fundamentales de austeridad fiscal, privatizaciones y liberalización de los mercados. El Banco Mundial, a quién se le asigna el poder benéfico de administrar la pobreza en el mundo; y otras, entre ellas una muy secreta que controla de manera policiva los movimientos de todas las anteriores y de los países en juego, que se llama el AMI, Acuerdo Multilateral de Inversiones, conforman un sistema ad hoc de manejo global, que está muy lejos de ser un gobierno global y carece de un mecanismo democrático de rendición de cuentas.
Y es que las implicaciones que la política de globalización económica tiene directamente en cada aspecto de la vida y en la naturaleza que la sostiene son absolutamente graves. A las actuaciones ligeras, mal llamadas programas, de las entidades anteriormente mencionadas se adhieren una cantidad inconmensurable de consecuencias nefastas para la humanidad, la cual, a través de diversas manifestaciones y movimientos reclama una urgente revisión. Tales programas también contribuyen a destruir las formas tradicionales autosuficientes en la agricultura y en otras actividades productivas de sus culturas, lo cual a la vez crea millones de emigrantes desposeídos de vivienda, de trabajo, de autoestima e identidad, incrementando los cinturones urbanos marginales.
Existe particular atención en los peligros que representa la globalización de la información, de los medios y del ambiente cultural. La fusión de gigantescas corporaciones de medios de comunicación y el uso de nuevas tecnologías con soporte de un nuevo sistema global de comercio, les permite el acceso a nivel planetario de centralización y manipulación de la información sin precedentes. Las consecuencias son la implantación de una imagen idéntica en las mentes de billones de videntes, cuyas culturas y formas hasta ahora han logrado mantener la libertad y su riqueza en la diversidad. Imágenes que llegan a adquirir connotaciones violentas, como ha sucedido, por ejemplo, con la proyección de la imagen de la princesa Diana en todo el mundo, que conlleva al énfasis de la mujer en un rol sexual, al estereotipo occidental de belleza y crea inseguridad al cortar la relación del individuo con su contexto cultural. El resultado final es el desprecio por uno mismo y por los congéneres culturales, incluyendo a los padres, y por las prácticas religiosas diferenciadas, entre muchas otras expresiones. La práctica de una cultura monoeconómica torna a la gente contra la gente y este fenómeno se observa ya en los jóvenes de los países desarrollados principalmente, que no ven un futuro halagüeño con un desempleo cada vez mas grande. Las nuevas promociones de fuerza laboral se chocan con la fuga de trabajo a sitios de mano de obra barata, concomitante con la inseguridad creada en los trabajadores aún en edad productiva que son masivamente despedidos por el desplazamiento creado por la aplicación de tecnologías que reemplazan al ser humano y, también, al trasladarse los centros de producción a otros países. Un resultado es la creación de milicias juveniles contra grupos étnicos inmigrantes y terrorismo contra las infraestructuras comerciales y gubernamentales como es el caso de los recientes disturbios en Francia, donde ciudadanos franceses incluso de varias generaciones, a pesar de su origen inmigrante, ven que en la práctica están mucho peor que los autóctonos.
La violencia también es una consecuencia de los acuerdos económicos; por ejemplo el caso de la agricultura en la India, donde despojaron al campesinado que por tradición ha mantenido el manejo de las semillas para su uso diversificado y controlado en función de condiciones como suelos, división del trabajo familiar, el uso del ganado como elemento de energía, etc. Ahora, las corporaciones tienen las patentes de las semillas y todas las decisiones para la producción están centralizadas en Nueva Delhi( aunque finalmente las grandes decisiones dependen de Ginebra); deben importar fertilizantes y asumir la compra de energía de países productores de petróleo, a un costo de dos billones de dólares, que la India no tiene. El campesinado varón emigra más y más de las ciudades, quedando el 60 por ciento de la carga obrero de labranza a la mujer hindú, con el 50 por ciento del salario del hombre. Al ser despedidas se convierten en amas de casa sin ingreso, y ante las perspectiva de tener hijas mujeres, acuden al aborto. También ha aumentado el suicidio. La competencia religiosa entre las comunidades ya no es tolerante. Otro ejemplo lo constituye un estudio realizado en Suecia, según el cual la muñeca Barbie ha provocado en las niñas un odio por su cuerpo, violentando su crecimiento. En la India, como en otros países, ha llegado a organizarse programas de diseño de trajes tradicionales para la misma Barbie.
Por otra parte el manejo de dinero, aquel que huele tan feo, ha llegado a alcanzar connotaciones de un casino global y el poder de los mercados de capitales se ha vuelto incomprensible. Las tecnologías modernas de comunicación combinadas con las reglas del libre comercio, que esencialmente manejan el sistema bancario global y la especulación financiera, han producido algo completamente nuevo en la economía y en el escenario político. Pequeños grupos de especuladores mueven increíbles sumas en cualquier lugar, con solo pulsar una tecla, lo cual puede desestabilizar la economía de cualquier país, como sucedió con México. Además el dinero se ha desligado de los bienes y servicios en este casino global, y muchos hacen enormes sumas de dinero, simplemente con comprar y vender dinero per sé, sin importar las consecuencias sociales. Hoy más de tres trillones de dólares se mueven alrededor del globo diariamente. Sin embargo, la dinámica global del mercado de capitales es oscura para la mayoría de los activistas y con frecuencia también para los medios de comunicación.
La globalización de enfermedades infecciosas; el comercio de animales; el futuro de los grupos culturales indígenas; la necesidad de pensar nuevas tácticas para la economía; la economía global frente a las economías local e informal; el punto de vista ecológico frente a la globalización; defensa del ambiente; los derechos de propiedad intelectual; la producción sostenida de alimentos; la sustentabilidad; un asalto a los procesos participativos democráticos y a las soberanías nacionales; el regalo a las multinacionales de enormes infraestructuras productivas, la corrupción de las autoridades locales; construcción de movimientos para un justo sistema de comercio; soluciones mas allá de derecha e izquierda son tan sólo algunos de los temas que permanentemente deben tratarse y que deberían dilucidarse con anterioridad y aún sobre las mesas de trabajo cuando se llega a una negociación de aquellas que dictamina la OMC.
Muchos son los temas y las controversias que suscita el fantasma de la globalización en su recorrido por el mundo, calificado por unos como un moderno sistema de colonialismo o como un fundamentalismo de mercado, por otros. La concentración económica global, en mayor o menor grado, toca a cada uno de los seres del planeta. Un puñado de millonarios son los beneficiarios y la distancia entre los más ricos y los más pobres es cada vez mayor. Los recursos naturales y no necesariamente el petróleo, sino los vitales como el agua y el aire, están en inminente peligro. A la velocidad con que se están consumiendo los bosques, las especies, etc., el término de los recursos del planeta difícilmente llega a los cincuenta años. Y si se detiene la carrera hoy, lo que haya quedado tomaría unos 500 años para volver a su nivel de excelencia.
Dice Bauman: “Toda respuesta eficaz a la globalización no puede mas que ser global. Y el destino de semejante respuesta global depende de que surja y arraigue un ámbito político global. Es este ámbito político el que hoy brilla por su ausencia.” Sin embargo Edgar Morin en su artículo titulado “El siglo XXI empezó en Seattle”, afirma que allí ha surgido una toma de conciencia respecto al control mundial de la mundialización que agrupa un soberanismo de raíces, de cultura y de civilización, a una auténtica conciencia de los problemas mundiales así como a una nueva voluntad de actuar asociando a todos aquellos que están amenazados por la hegemonía de lo cuantitativo, de la rentabilidad, del beneficio y de la maximización. Y es muy posible ya que el Movimiento de Resistencia Social es un hecho. Los diferentes grupos antimundialización llevan más de una década trabajando en cuestiones relacionadas con los problemas causados por la globalización de la economía mundial. Son numerosas las campañas que han organizado para la condonación de la deuda externa de los países pobres, o para la reforma del banco Mundial y del FMI.
Como producto de tener una trayectoria de años de trabajo, los antiglobalistas han logrado acaparar espacios a los medios y llamar la atención desde instancias internacionales a raíz de la presencia de sus simpatizantes en actos paralelos a las grandes reuniones económicas y políticas internacionales. Activistas, académicos, economistas, investigadores y escritores se han dado a la tarea, de manera paralela a los escenarios de protesta populares, de abrir espacios al análisis y a la reflexión sobre lo que hacen quiénes deciden sobre el futuro del mundo. Entre ellos vale la pena mencionar algunos personajes quiénes ya son ampliamente reconocidos, como Martin Khor, quién lidera un movimiento que se opone a la economía global en el tercer mundo con sede en Malasia, autor de varios libros. Helena Norberg-Hodge, educadora y filósofa sueca, activista por mas de tres décadas en tres continentes contra modelos económicos impuestos y sus implicaciones en las sociedades tradicionales. Ralph Nader, el hombre mas respetado en América, candidato por el Partido Verde a la Presidencia de los EEUU. Vadana Shiva, infatigable activista en los movimientos del tercer mundo contra la globalización, ganadora del premio Nobel Alternativo (así se le llama al Rigth Livelihood Award). Jagdish Bhagwati, profesor de ciencias políticas de la U. de Columbia. Nilo Cayuqueo, mapuche del Sur de Argentina, luchador de los derechos de los indígenas en todo el continente americano. Y Ronnie Dugger, periodista y escritor, fundador del Texas Observer y Presidente del movimiento gringo antiglobalización llamado Alianza para La Democracia y quién estuvo en Colombia en Agosto del 97 interviniendo en un Foro Internacional que analizaba el futuro de las telecomunicaciones.
La protesta de Seattle en 1999, que consiguió abortar la reunión de la organización Mundial del Comercio, supuso un punto de inflexión en la historia del movimiento. La noticia de más de 50,0000 simpatizantes fue reproducida en los medios de comunicación de todo el mundo. Los enfrentamientos que allí tuvieron lugar dieron una imagen de violencia muy alejada de los verdaderos objetivos de los organizadores – pues el movimiento inevitablemente incluye una franja violenta, minoritaria, a la que se denomina como “Bloque Negro”, para quién la violencia es necesaria para revelar la violencia del sistema. Es inútil pedir a la gran mayoría pacífica que se desmarque de los violentos, porque ya lo han hecho, y con ello ha quedado demostrado que en este movimiento no hay generales y aun menos soldados -.
P
osteriormente, en septiembre del 2000 la Asamblea conjunta del FMI-BM celebrada en Praga tuvo que clausurarse un día antes de lo previsto. Mas de 10,000 personas participaron en las protestas que terminaron con unos 900 detenidos y 150 heridos. El dispositivo de seguridad, integrado por unos 13,000 agentes resultó insuficiente. Junio del 2001 fue un mes muy activo para los antiglobalizadores. En Gotemburgo, los líderes europeos tuvieron que afrontar movilizaciones que una minoría de los allí presentes tornaron en violentas. La policía sueca abrió fuego real y los incidentes acabaron con varios manifestantes gravemente heridos. Días después, el Banco Mundial que pretendía celebrar su encuentro anual en Barcelona renunció a la reunión. La conferencia se llevó a cabo a través de Internet. La muerte de un joven manifestante italiano por disparos de la policía durante la celebración de la Cumbre del G-8 en Génova plantea la cuestión de si podrán seguir celebrándose cumbres en estas circunstancias.
El éxito del Foro Social de Porto Alegre en Brasil, celebrado en paralelo al Foro Económico Mundial fue otra demostración mas de la fortaleza que han adquirido los movimientos de resistencia hasta el punto de crear allí el gran Movimiento internacional denominado “Foro Social Mundial, otro mundo es posible”, en donde existe claramente la percepción compartida de que estos encuentros marcan una suerte de punto de inflexión en la trayectoria del proceso y se reconocen los avances logrados. La consolidación del Foro en el escenario global de sus acumulados políticos y metodológicos, en donde al tiempo se señalan desafíos para el futuro y la necesidad de hacer algunos cambios que recojan y potencien su evolución.
Podríamos ir concluyendo citando de nuevo a Bauman: “la globalidad del capital, las finanzas y el comercio – esas fuerzas decisivas para la libertad de elección y la eficacia de las acciones humanas- no se ha emparejado a una escala semejante con los recursos que la humanidad ha desarrollado para controlar las fuerzas que rigen las vidas humanas. Y lo que es más importante, la globalidad no se ha igualado con una escala global semejante de control democrático. La globalización en su forma actual significa pérdida de poder de los Estados nacionales y (por el momento) ausencia de cualquier sustituto eficaz”.
Sumemos a lo anterior un concepto de Stiglitz: “Hoy, en buena parte del mundo en desarrollo, la globalización está en tela de juicio. Por ejemplo en Latinoamérica, después de un breve período de crecimiento a principios de la década de los 90, se han instaurado el estancamiento y la recesión. En toda la región la gente se pregunta: ¿falló la reforma o falló la globalización? La distinción es talvez artificial, porque la globalización estaba en el centro de las reformas y las reformas han expuesto a las naciones a riesgos mayores, y éstos han recaído injustamente en los que menos están preparados para afrontarlos”. En otro texto agrega: “la globalización alberga un potencial enorme y puede ser benéfica para todos. Si no lo es todavía es porque está pésimamente gobernada. Buena parte de la responsabilidad recae en las organizaciones internacionales: el FMI, el BM y la OMC. Sus políticas tienen doble ceguera: la ideológica y la de la incompetencia. La gran víctima de la globalización , definitivamente, es la responsabilidad.
Y para terminar, quisiera rememorar las palabras que a manera de consejo para la humanidad, digo yo, pronunciara de manera sabia nuestro amigo Ronnie Dugger, durante su intervención el Foro Internacional en Bogotá:
“Desde Río hasta Toronto, desde San Francisco hasta Nairobi, desde Beijing hasta Estambul. De Nueva Delhi hasta Moscú, Desde Sydney hasta Manila, desde Boston a Bogotá, estamos todos unidos, todos nacimos de la madre original desde hace algunos millares de miles de años. Ninguno de nosotros está solo. Estamos todos juntos aunque provengamos de raíces distintas, todos somos gente y debemos compartir la alegría, el trabajo, también los sufrimientos, la democracia. Por qué no compartir la tierra? Hemos despertado sobre esta tierra, en donde hemos creado nuestras comunidades que nos deben pertenecer, hemos hecho la música y escrito la historia de nuestros lugares; y la cultura de nuestros lugares es nuestra. Hemos creado los inventos que nos pertenecen, hemos poblado las ciudades que nos pertenecen, hemos construido la sociedad que nos pertenece, somos la raza humana y esta raza humana nos pertenece. Entonces los fuertes y los codiciosos, los tímidos y los violentos han hecho las reglas y las bautizan leyes. Pero debemos crear un sistema para nosotros mismos, no solos ni por cuenta propia, no separados y aislados, ni uno por uno, o grupo por grupo, país por país. No por grupos, ni por acuerdo entre las tribus, o entre las religiones, por colores, sexo o riqueza, ni siquiera por naciones o por continentes. La tierra es la isla donde vivimos y donde estamos juntos, somos vecinos, debemos calentarnos entre nosotros en este cosmos tan frío. Todos juntos trabajar para todos en este mundo. Para la democracia, por el mundo y por la democracia.Todos juntos. ..Todos juntos.

sábado, 22 de abril de 2006

Neoliberalismo: realidad y espejismo

Neoliberalismo: realidad y espejismo
Sesión 1 - Abril 22 de 2006

Ponentes: Mauricio Antonio Jurado Tobón y Jorge Botero Garcés
Integrantes Grupo de Estudio y Trabajo Sofos

La palabra liberalismo es una de las más controvertidas, tanto en el vocabulario político como en el económico; designa una filosofía política, fundada en el valor de la libertad individual, describe así mismo un conjunto de principios ideológicos de una serie de partidos políticos en el mundo occidental e identifica una perspectiva de análisis frente a los mecanismos rectores del funcionamiento de la economía con fundamento en el llamado "liberalismo clásico", que se remonta por lo menos hasta Adam Smith (1723-1790).

Los principios básicos del liberalismo formulados a lo largo del siglo XVIII pueden resumirse así: el individuo es la fuente de sus propios valores morales; el proceso de comercio e intercambio entre individuos tiene tanto propiedades de eficiencia para lograr el bienestar colectivo, como de exaltación de la libertad; el mercado es un orden espontáneo para la asignación de recursos; el intercambio entre las naciones no sólo acrecentará la riqueza mediante la división internacional del trabajo, sino que también tenderá a reducir las tensiones políticas y la guerra; y, finalmente, la política pública debería limitarse a las pocas preocupaciones comunes de los individuos, la libertad, la seguridad, la justicia, etc.

Hacia fines del siglo XIX el liberalismo clásico entró en decadencia, y el término liberal empezó a ser usado frecuentemente para describir un liberalismo intervencionista o social, particularmente en los Estados Unidos y en el Reino Unido. Así, liberal en el sentido político llegó a identificar a aquél que propendía por la intervención del Estado para corregir particularmente las injusticias sociales. Paralelamente y en parte como una respuesta tardía, fue surgiendo una tendencia "neoliberal" en los Estados Unidos referida a un grupo de políticos e intelectuales asociados con el partido demócrata, quienes aceptan que la intervención gubernamental fue en el pasado demasiado extensa y que debería hacerse un uso mayor del mercado. Desde entonces el término Neoliberalismo cobijó una tendencia de renacimiento y desarrollo de las ideas liberales clásicas, tales como la importancia del individuo, el papel limitado del Estado y el valor del mercado libre, por lo tanto, el neoliberalismo puede ser definido como la creencia en que la intervención gubernamental usualmente no funciona y que el mercado usualmente sí lo hace.

En realidad, el neoliberalismo y más precisamente el resurgimiento de las ideas liberales que impulsara Friedrich Hayek desde los años cuarenta, ha tenido un contexto favorable para su desenvolvimiento en los acontecimientos recientes de la historia mundial. La tesis del llamado "fin de la historia", expresión según la cual asistimos al triunfo de la democracia liberal capitalista y a la derrota definitiva del marxismo, nos deparará según sus defensores una expansión del liberalismo económico y político al que sólo se opondrán determinadas formas de nacionalismo y religión, significando un cambio radical en la consideración del papel del Estado como agente económico, cuyas funciones básicas se asociaron desde los años treinta a la responsabilidad de la puesta en marcha de los mecanismos necesarios para asegurar objetivos como el pleno empleo de los recursos, y que tuvo su fundamento teórico en la revolución keynesiana. Con todo lo anterior se puede decir que el neoliberalismo es el nuevo carácter del viejo capitalismo. De esta manera nació el neoliberalismo, teniendo como partera el Consenso de Washington – la globalización del mercado “libre” y, según las conveniencias, del modelo norteamericano de democracia (jamás exigido a los países árabes proveedores de petróleo y gobernados por oligarquías favorables a los intereses de la Casa Blanca).

El capitalismo transforma todo en mercancía, bienes y servicios, incluyendo la fuerza de trabajo. El neoliberalismo lo refuerza, mercantilizando servicios esenciales, como los sistemas de salud y educación, el abastecimiento de agua y energía, sin dejar de lado los bienes simbólicos: la cultura es reducida a mero entretenimiento; el arte pasa a valer, no por el valor estético de la obra, sino por la fama del artista; la religión pulverizada en modismos; las singularidades étnicas encaradas como folclore; el control de la dieta alimentaria; la manipulación de deseos inconfesables; las relaciones afectivas condicionadas por la glamourización de las formas; la búsqueda del elixir de la eterna juventud y de la inmortalidad a través de sofisticados recursos técnico-científicos que prometen salud perenne y belleza exuberante.

Millares de personas consideran el neoliberalismo una etapa avanzada de la civilización, así como los contemporáneos de Aristóteles pensaban que la esclavitud era un derecho natural y los teólogos medievales consideraban a la mujer un ser ontológicamente inferior al hombre. Sí hubo cambios, no fue jamás por benevolencia del poder.

De todo esto se deriva una conclusión que afecta fundamentalmente la perspectiva de la intervención del Estado. El objetivo fundamental de la política económica, según las orientaciones neoliberales, es propiciar el funcionamiento flexible del mercado eliminando todos los obstáculos que se levantan a la libre competencia. Apenas es necesario decir que el neoliberalismo ha hecho suya la teoría del libre cambio en todas sus versiones y se ha apoyado en unas u otras para justificar su concepción del mundo como un gran mercado donde todos compiten en condiciones de igualdad entre cada país según sus posibilidades, sin embargo, en el realidad con una participación muy asimétrica entre países.

Las consecuencias sociales y distributivas del neoliberalismo son materia que debiera evaluarse con mayor atención, este modelo no parecen haber sido tan exitosos como lo propugnan sus defensores ni tan desastroso como lo afirman sus críticos. Ha contribuido a moderar el exceso de intervencionismo y sus consecuencias: ineficiencia económica, exacerbación de los monopolios, corrupción, inequidad en la distribución del ingreso etc.; además, mejoramiento de la productividad y el cambio técnico. Pero también ha contribuido a debilitar las políticas sociales, las posibilidades de acceso de los grupos pobres a los servicios básicos, ha concentrado los beneficios que brindan las oportunidades de mercado en unos pocos grupos, de modo que si antes no fueron claras las ventajas del Estado, ahora no son claras las ventajas del mercado.

Hoy se esta buscando en la mayoría de los países una especie de punto medio entre el mercado y la intervención del Estado. El punto de discusión consiste fundamentalmente en la manera como el Estado puede ser controlado y vigilado en sus intervenciones, de modo que éstas realmente respondan a las necesidades colectivas y no a objetivos de los grupos burocráticos asentados en el Estado. Lo que parece avizorarse entonces es una discusión más abierta en términos de una mejor democracia para una mejor acción del Estado en la economía, es decir una capacidad mayor de control de la sociedad civil sobre el Estado, para asegurar una mayor gobernabilidad, entendida ésta en el sentido restringido de la capacidad de las políticas públicas de satisfacer expectativas colectivas.

Por todo lo anterior podemos atrevernos a decir, el neoliberalismo es una realidad que trajo consigo estabilidad macroeconómica, privatización, liberación comercial y financiera, con grandes beneficios para los países desarrollados, es decir, los de siempre, sin embargo, en los países pobres por el contrario se ha aumentado la miseria y el retrazo sociocultural.

Bibliografía
1. PLAZAS VEGA, Mauricio Alfredo. El Liberalismo y la teoría de los tributos. Editorial Temis S.A. Santa Fe de Bogotá, 1995. p 70- 101
2. CRUZ SOTO, L. A. Neoliberalismo y liberación económica. Revista Contaduría y Administración 2.002; 205:13-26.
3. GHERSI, E. El mito del neoliberalismo. Estudios Públicos 2.004; 95:293-313.
4. KAY, C. Estructuralismo y teoría de la dependencia en el período neoliberal: Una perspectiva latinoamericana. Revista Nueva sociedad 1.998; 158:100-19.