lunes, 23 de abril de 2007

Fundación CORAJE: un modelo de desarrollo y concertación para la ciudad

Por: Luis Carlos Jaramillo Pontón
Miembro del Grupo Sofos

Talvez la coincidencia de haber trascendido hace algún tiempo en la ciudad y en el ámbito nacional la conformación de un grupo político denominado CORAJE, le hizo un flaco favor a la convocatoria que el Grupo Sofos hiciera el pasado Sábado 14 de abril en Otraparte, aunque a pesar de ello, contó con la presencia de más de una docena de atentos asistentes. Infortunadamente, para muchos observadores suele suceder con algunos movimientos o partidos políticos lo mismo sucede con muchos trabajadores empresariales cuando se les nombra la palabra “sindicato”. Y es precisamente ante este desafortunado parangón que presenta el País, de no creer o de creer muy poco tanto en los unos como en los otros, donde precisamente Sofos, como Grupo de Estudio y Trabajo Académico, asume la tarea de esbozar sus temas ante la comunidad sin pretensión alguna en cuanto a la toma de doctrinas se refiere, simplemente con el ánimo de escuchar a algunos especialistas en los distintos temas previamente escogidos, hacer el análisis que permite el corto tiempo asignado para la discusión y tratar de dilucidar el concepto entre los asistentes, dejando a cada quién la pertenencia de las conclusiones.

Y es que la presentación que, sobre la Fundación CORAJE – Fundación de Comerciantes del Sector Corazón de Jesús-, hiciera de manera formidable y afable Sonia Vásquez Mejía no podía ser mejor ajustada o aterrizada a los propósitos del grupo cuando planteara como asunto de fondo para la agenda el tema de Ciudad y Territorio.

Comenzó Sonia Vásquez su exposición en el recinto de la Casa del Maestro Fernando Gonzáles, haciendo un recuento de las distintas versiones, unas hermosamente poéticas y otras meramente circunstanciales, que destacan las razones por las cuáles, ese viejo sector de la ciudad de Medellín comprendido entre la margen oriental del Río Medellín y la Avenida del Ferrocarril y entre las calles San Juan y Colombia, pudo tener razones mas que suficientes para llamarse de manera curiosa “Barrio Triste”; pasando luego a describir toda una serie de vicisitudes por las que ha tenido pasar este barrio para ganarse a pulso limpio su territorialidad, fundamentada en los índices de resultados que le proporcionan su actividad permanente originada, desde los primeros tiempos de la ciudad, en la atención o a las labores derivadas del sector transporte.

Posteriormente nos cuenta acerca de la defensa que hubo que asumir trazando unas líneas estratégicas de acercamiento a la comunidad residente, con el propósito de fortalecer la asistencia requerida para llevar a cabo una recuperación del sector, de tal manera que les permitiera preservarlo con argumentos sólidos. Sonia nos relató cómo, tras salvar muchos inconvenientes, lograron implementar un sistema de procesamiento adecuado a una gran variedad de residuos, producto de las actividades del sector; logros que asociados a lo que ocurre en otros frentes (familia, educación, socialización, aseo, capacitación, etc.), consiguen convocar sin distingo alguno a sus habitantes en torno a la mesa de iniciativas. Es admirable la forma como el resultado de la transformación, o mejor, de la sensibilización hacia un bienestar comunitario, comienza a traducirse de diversas formas en progreso, logrando por ejemplo, avances tecnológicos de importancia que están a la par con muchos países desarrollados y una especie de re-descubrimiento de la población hacia sus manifestaciones culturales; permitiendo, por otra parte, que la comunidad entrara a definir conjuntamente con los entes estatales pertinentes aquellas acciones tendientes a mejorar las factores de seguridad y desarrollo sin la participación de otras fuerzas o agentes externos.

Bajo la definición de Puerto Seco, como un sector de vital importancia para la ciudad, se emprende toda una estrategia de análisis para la comprensión de las leyes que afectan de una u otra manera su futuro dentro del Plan de Ordenamiento Territorial, entrando de manera contundente, y mediante una representación concienzudamente acordada para que interactuara ante el Gobierno, a sustentar la creación de un Plan Parcial Incluyente que está a punto de definirse.

Nuestra expositora terminó haciendo un análisis y un llamado acerca de cómo las experiencias han demostrado que bajo el disfraz de “bienes públicos” para la ciudad, muchas veces los gobiernos terminan cediendo a los intereses de unos pocos en detrimento del bienestar de la población, a menos que ésta esté dispuesta y en condiciones de defender con dignidad y mucho coraje su amado territorio.

Muchos pormenores de esta historia que se escribe a diario en Barrio Triste, están consignados en algunas publicaciones de la Fundación, entre las cuales conocimos el libro titulado Historia y personajes del Corazón de Jesús, que para el Grupo Sofos incluye esta bella dedicatoria:

“Amigos y amigas “sofistas”
En este territorio del mal llamado Barrio triste, porque es el barrio con mas energía y vitalidad que conozco, la ciudad palpita, la gente es solidaria y el trabajo hace parte de la cotidianidad como la grandeza mas importante de un conglomerado de historias que llenan el espíritu, así como ustedes lo hacen cada quince días con sus conferencias y tertulias.
Un abrazo sincero!!”
(firmado) Sonia Vásquez Mejía.

...una clara lección de vida digna para una ciudad cargada de territorios y de voluntades dispersas, de muchas personas que miran de reojo aquel barrio cuando pasan por San Juan o cuando fuman plácidamente un cigarrillo desde aquellos edificios tan inteligentes. Allí precisamente... en Otraparte.

Abril 19 de 2007

miércoles, 11 de abril de 2007

La Medellín de Medellín

La Medellín de Medellín de Darío Ruiz Gómez

Por: Luis Carlos Jaramillo Pontón
Integrante del Grupo Sofos

La presencia de Darío Ruiz Gómez en Otraparte el Sábado 31 de Marzo mas que una charla, una presentación o una ponencia sobre los temas de ciudad que viene proponiendo el Grupo Sofos, constituyó una gran experiencia de vida transmitida en forma muy amena, acompañada con el espíritu crítico y la mordacidad que caracteriza al escritor.

Su análisis de una ciudad colonial que ya no existe, en donde han primado los intereses capitalistas y donde se le ha colocado un disfraz a una crítica situación social por parte de unos urbanistas que desconocen mucho de las verdaderas historias de ciudad, acompañado de un cálido relato de las transformaciones que ha sufrido la ciudad al ritmo de las tendencias de distintas épocas, evocando autores y escritores, música y costumbres, paisajes y lugares específicos de la Medellín de antaño que por fortuna ha dejado atrás muchos aspectos pesados del pasado, son tan sólo someras referencias de un encuentro vivencial sin precedentes con la ciudad en el que todos los asistentes nos tomamos de la mano con el recuerdo cada vez que esbozábamos una sonrisa o un suspiro, nos chocamos de frente con la realidad de muchos desaciertos de una clase dirigente que ha permitido a lo largo del tiempo que se borren lo vestigios que bien hubiéramos podido conservar, pero por sobre todo, recibimos de las palabras de Darío Ruiz Gómez, una semilla para continuar construyendo la ciudad, asumiendo el reto que la vida nos impone como gente de ciudad, que la camina y la asimila, para contribuir de alguna manera a su positiva transformación.

“Nos gusta a veces mirar la ciudad con una mirada unilateral, temiendo encontrar los conflictos que genera, crea y plantea una ciudad, ciudad moderna que por esencia es la ciudad capitalista, caracterizada por un cambio del valor de uso por el valor de cambio, siendo el valor de uso, las zonas verdes, por ejemplo; y el valor de cambio significa lo que vemos en Medellín, donde son capaces de urbanizar una Iglesia... La especulación urbana caracteriza a la ciudad capitalista cuando en tres años se construyen más de quinientas torres....

En qué momento podemos hablar de un pasado colonial separando lo de los españoles a lo de los barrios de la Sonora Matancera?... Lo único colonial de Medellín es el frontis de La Metropolitana...La primera casa de fin de siglo en Colombia que se llama La Estancia en Medellín no han podido erigirla aún como Patrimonio Nacional. Uso o manipulación de la ciudad...?

La tradición humanística ha sido desconocida. Escritores y músicos han quedado reducidos al olvido o al simple espectáculo por no ser nadie a nivel social, solo vale el dinero...

El solar en las casas era un espacio para disimular las tristezas de la vida.

Boston, La América, Belén, Envigado son producto de la clase media.

El evento cívico que convoca se perdió.

Guayaquil generó mucha cultura urbana por la música representada en músicos y cantantes.

La ciudad siempre ha estado expuesta a las modas extranjeras.

El centro de Medellín se fue. La clase alta de Medellín lleva cien años corriendo. Sale la gente, pero entra la gente.

Medellín hecha por la gente que la camina y que la ama. Hay historias de ciudad por todas partes que no son el producto de urbanistas que no los dejan salir por la noche... La historia de ciudad la escribe la gente”.

Una crítica, un análisis, una evocación, un planteamiento. Son los puntos sobre los que Darío Ruiz Gómez crea una propuesta sana y abierta para la comunidad medellinense. Allí precisamente, en Otraparte.

Medellín, Abril 10 del 2007.